Supongamos que un profesor llega apresuradamente al aula en la que (cree) tiene que hacer la presentación de su asignatura.
Sin embargo, la dirección de la Escuela había cambiado la organización de las aulas; algo completamente posible y lógico... pero algo con lo que este profesor no había contado.
Comienza a repartir unas fotocopias con el temario, datos diversos y normas de la asignatura. Comienza la presentación de su asignatura, y justo tras presentarse, un alumno de la primera fila levanta la mano.
¿Alguna duda? No, no, mucho más sencillo y "embarazoso": el profesor no ha ido a la clase donde están los alumnos de la asignatura. De hecho, ¡está en otro curso y de otra carrera!
Primer fallo: no haberse cerciorado del aula que le correspondía. Segundo fallo y más evidente: si tienes alumnos sentados en la primera fila, ¡desconfía y plantéate que algo raro está pasando! :)
Pues todo eso ocurrió ayer y no sólo a un profesor (me han comentado que les ocurrió a varios).
miércoles, 30 de septiembre de 2009
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3 comentarios:
una agenda te ayudaría
sí, ya tengo una... lo malo es olvidarla :)
pues deberías haberles dado la clase, hacerles creer que ellos estaban equivocados. o al menos en el aula equivocada!
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