Es un poco inquietante ver a los niños jugar a su alrededor, y él, ahí, tan triste, llorando sangre. Pero debe pasarlo muy mal con el montón de pequeños humanos acosándolo y haciendo el cafre a su alrededor.
La verdad es que mientras mi sobrina estaba en el tobogán estuve pensando que podía montar una secta y que la gente fuese allí a ver el delfín que llora sangre... pero no me veo yo como santón, y no se me ocurre quién podría hacer ese papel.
Espero que ahora que comienza la escuela el pobre delfín deje de estar agobiado, y que con las lluvias otoñales se le lave la sangre de la cara.
2 comentarios:
Joder! Qué cosa más macabra! Luego los niños no duermen, tienen pesadillas, y la culpa es de la tele y los videojuegos...
eso los que tienen suerte y se quedan traumatizados... que luego hay otros a los que ni les afecta algo tan brutal y sangriento!!!!!!
XD
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